Esperence, esto debe escribirse en MAYUSCULAS... AL FIN ALGUIEN RECONOCIO, JESUS..!!
Es muy complicado ser mujer…
Hay que admitirlo.
Cambiamos de opinión más que de ropa interior
Y nuestro humor varia como las luces de los semáforos en la madrugada (me refiero a que somos un POCO intermitentes)…
Pero nosotras no somos las culpables.
Lo que sea que me tiene aquí en este mundo
(Dios, la evolución, los extraterrestres, El chapulín colorado) me envió con más accesorios que los carros esos que se paran en la Lincon.
Y mira que tienen bombillitos azules abajo, que si la placa iluminada, aros que dan vuelta solos y bocinas supersónicas.
En cambio yo, bueno nosotras, no tendremos luces de halógeno.
Pero, venimos con anexos que mas que una bendición representan un reto de por vida que pone a prueba hasta a el mas devoto de los cristianos.
No importa cuanto me expliquen que son las hormonas.
O me digan que todo es mental y controlable.
Hay días que preferirías no hablarme.
La niña del exorcista es dulce e inofensiva comparada conmigo.
Y es que ni yo misma me soporto.
Soy una amenaza nacional.
Busco más motivos para pelear que Jack Veneno es sus buenos tiempos.
Aparecen dos litros de llanto esperando cualquier motivo para hacer un show digno de una obra de Shakespeare.
Y cuando digo cualquier motivo, es que todo es razonable y se merece una que otra lagrima.
Encontrada esa razón, ni Thalia en las novelitas esas del cinco (Mari mar, María la del barrio, y María mercedes… no se hagan que no se acuerdan) fue nunca tan dramática.
Y en esos momentos prefiero ponerme en cuarentena para evitar una tragedia. Escondo las armas blancas y objetos punzantes. Prohíbo terminantemente el pesarme y verme con detenimiento en el espejo.
Haber nacido mujer me convierte instantáneamente en deportista extrema y súper héroe.
Es una labor abnegada y sacrificada ser los microondas de la humanidad y responsables de poblar este planeta.
Y no es como que puedes renunciar y cambiarte de carrera.
Decir:
No gracias, no voy a querer ni la menstruación ni el estrógeno. Pero muy amable, quizás otro día.
Hablemos del dolor. Y es que el tener pechos y una vagina viene con la oferta de sufrimiento garantizado. 2×1 en dolor de parto y malestares durante el embarazado.
Y para despedirla… la menopausia.
Como si no fuera suficiente con el calentamiento global!
Hay que aguantar unos calores que van y vienen sin que nadie los invite.
Pero tiene sus beneficios… la depilación y los tacos altos son un incentivo para estar orgullosa y feliz de ser una niña.
Pedimos paciencia y comprensión de los varones masculinos del sexo hombre. Entiendan que somos pajaritos complicados, pero no lo hacemos de maldad. Que nosotras no pedimos vivir esta montaña rusa emocional.
Y que a ti, si a ti hombre, te pudo haber tocado, si ese cromosoma “Y” hubiera decidido ser una “X”.
Y a las féminas que leen esto, valor hermanas, valor!
Gabriela Perez Desangles.
Fuente:
www.ahiequeprende.com